27 de marzo de 2011

Cambiar un no me creo por un te quiero chaval.

Sigo buscando una sonrisa de repente en un bar, una calada de algo que me pueda colocar, una película que consiga hacerme llorar. Cualquier excusa, una chorrada, es buena para brindar, soltar en una carcajada todo el aire y después respirar. 
Sentirme como una colilla entre unos labios al fumar, colgarme de cualquiera que le guste trasnochar, qué inoportuno fue decirte “me tengo que largar”, pero qué bien estoy ahora, no quiero volver a hablar de PRINCESAS que buscan tipos que coleccionar.

Hoy iba en el coche escuchando esta canción en la radio y me he dado cuenta de que de todas las canciones que te describen esta es la que más.
Gracias por enseñarme que las cosas en la vida no llevan siempre un orden y que tengo que pararme a disfrutar del momento no planear siempre lo que viene a continuación. Gracias por enseñarme que la amistad es lo mas importante y que los polos opuestos siempre encuentran un punto a mitad del camino, porque los extremos no son buenos.
Gracias por decirme cosas que nadie me dice y sobre todo GRACIAS por enseñarme que entre las amigas no sirve de nada decir gracias si no, para eso estamos.
Mi Lazarus es lo que se podría considerar una amiga de verdad para toda la eternidad. AVPE.

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